04/30/2024 | Press release | Archived content
NUEVA YORK/GINEBRA/ROMA/WASHINGTON - La escalada del conflicto está provocando niveles récord de violencia de género, desplazamiento y hambruna al este de la República Democrática del Congo (RDC), amenazando con llevar al país al borde de la catástrofe si no se toman acciones internacionales urgentes.
Décadas de conflicto y la emergencia humanitaria resultante ya han agotado y traumatizado a millones de personas. Tan solo en los últimos meses, más de 700.000 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares, lo que eleva el número total de desplazados a la cifra sin precedentes de 7,2 millones.
Es fundamental garantizar que la ayuda suficiente llegue rápidamente y sin impedimentos a la población civil en necesidad. Pero el Plan de Respuesta Humanitaria de este año está lamentablemente infrafinanciado, ya que solo se ha recibido el 16 por ciento de los 2.600 millones de dólares (USD) requeridos. La brecha entre el rápido aumento de las necesidades y los recursos suficientes significa que millones de personas se quedan sin el apoyo vital que necesitan.
Esta falta de recursos está agravando la crisis al forzar que las organizaciones humanitarias limiten su asistencia, y que las mujeres y las niñas paguen un precio devastadoramente alto. La escasa protección y seguridad en los abarrotados campamentos de desplazados obliga a muchas de ellas a intercambiar relaciones sexuales por la supervivencia y el mantenimiento de sus familias. Cuando se aventuran a salir para recoger leña, agua o para trabajar, también están expuestas a terribles niveles de violencia sexual.
La violencia de género ha alcanzado niveles sin precedentes, con un aumento de los casos registrados entre 2022 y 2023. El estigma y el miedo a las represalias impiden a muchos supervivientes denunciar. Además de la violencia sexual, la niñez también está expuesta a otras amenazas, como secuestros, asesinatos, mutilaciones y reclutamiento por parte de grupos armados.
Los perpetradores de violaciones de derechos humanos deben rendir cuentas por sus crímenes. En virtud del derecho internacional humanitario, la población civil debe ser protegida.
Más de 25 millones de personas - una cuarta parte de la población - siguen sufriendo niveles de inseguridad alimentaria de crisis o emergencia en la RDC, país que se enfrenta a una de las mayores crisis alimentarias del mundo. El cólera y el sarampión también se están extendiendo rápidamente, mientras el sector salud continúa deteriorándose. Los fenómenos climáticos extremos, agravados por El Niño, son otra amenaza para las familias que ya tienen dificultades.
Para poner fin a la escalada de la crisis humanitaria en la RDC es necesario abordar sus causas profundas: el conflicto, la explotación de los recursos naturales, los flujos financieros ilícitos, la desigualdad de género predominante y los déficits de desarrollo.
Debemos intensificar nuestro apoyo a la población congoleña, incluidas las mujeres y las niñas que se llevan la peor parte de este conflicto, mientras trabajan para reconstruir sus vidas y sus medios de vida, y regresan a sus hogares. La comunidad internacional debe movilizar recursos adicionales para la respuesta humanitaria y el apoyo a las organizaciones de la sociedad civil, así como la voluntad política de poner fin a la violencia de una vez por todas.