UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees

04/17/2024 | Press release | Distributed by Public on 04/17/2024 11:09

En México, la naturalización permite que las personas refugiadas se sientan como en casa

Andrea y Johan no se conocen. Sus caminos jamás se han cruzado; sin embargo, les une el hecho de que el momento más importante en sus vidas es el mismo, aquel en el que escucharon las palabras: "A partir de hoy, goza usted de la ciudadanía mexicana". Pocos años después de haber huido de sus países, Andrea y Johan cuentan ya con una identificación mexicana.

Andrea, de 29 años, aún recuerda claramente la noche en que tocó la puerta de un albergue en la Ciudad de México hace seis años, tras huir de Venezuela debido al deterioro de la situación socioeconómica y humanitaria en el país. Llevaba consigo una mochila pequeña en la que transportaba "su vida entera".

"Ese momento es el que más me ha marcado porque, en tan solo cinco minutos, vi toda mi vida pasar frente a mis ojos", compartió.

Al mismo tiempo, Johan, de 35 años, sufría acoso y recibía amenazas constantemente de las bandas delictivas en su ciudad natal en Honduras. Las bandas trataron de reclutarlo por la fuerza desde que era niño; y, aun siendo adulto, la intimidación nunca cesó. Johan trabajaba como conductor en un restaurante de comida china. Recorrer la ciudad para entregar suministros en distintas sucursales era prácticamente imposible. Sin importar a dónde fuera, debía pagar a las bandas para que le permitieran el paso: "Le pagas impuestos al gobierno y también debes pagarle a las pandillas, supuestamente para protegerte", explicó.

Un día, hace poco más de cinco años, Johan se quedó sin dinero para pagarles a las bandas; y estas le dispararon. Aunque estaba herido, se dio cuenta de que no tenía más opción que huir esa misma noche. "Mi vida corría peligro por las pandillas. Honestamente, si no pagas, te matan. Así de sencillo".

Johan se unió a un grupo de personas solicitantes de asilo y migrantes que partieron desde Honduras en dirección al hemisferio norte. Tras un día de viaje, se separó del grupo y continuó por su cuenta. Cuando llegó a la Ciudad de México, vivió en un albergue durante tres meses, hasta que encontró un empleo y un lugar para alquilar. Inicialmente quería llegar a Estados Unidos, pero decidió permanecer en México y solicitar asilo en ese país.

© ACNUR

Soluciones a largo plazo para las personas refugiadas

En años recientes, México se ha convertido en un país de destino para personas que necesitan protección internacional. De hecho, en 2023 recibió 140.000 solicitudes de asilo, lo que lo convierte en uno de los cinco países que recibe el mayor número de solicitudes de este tipo en todo el mundo.

En México, las personas extranjeras - incluidas las refugiadas - pueden solicitar la nacionalidad tras cinco años de residencia; quienes provienen de otros países de Latinoamérica pueden hacerlo luego de solo dos años. Gozar de la ciudadanía garantiza el acceso a documentos de identidad y el derecho al voto; permite viajar a otros países; y se traduce en un sentimiento de pertenencia y de arraigo.

La legislación encarna el espíritu de protección y soluciones a largo plazo que versan en la Declaración de Cartagena de 1984, que celebra cuarenta años en 2024.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, colabora estrechamente con las autoridades mexicanas para que las personas refugiadas puedan obtener la ciudadanía. En 2022 y 2023, por ejemplo, ACNUR y sus socios apoyaron a casi 800 personas refugiadas en el proceso de naturalización, incluidos Andrea y Johan.