S&D - Group of the Progressive Alliance of Socialists & Democrats

04/22/2024 | Press release | Archived content

La UE, lista para prohibir los productos fabricados con trabajo forzoso: una herramienta progresista contra la esclavitud moderna

El Parlamento Europeo pondrá mañana el sello final a la primera ley de la UE destinada a prohibir los productos elaborados con trabajo forzoso en el mercado de la Unión, independientemente de si se han fabricado en la UE o en un tercer país. Nuestras tiendas y mercados en línea tienen que dejar de vender camisetas, zapatos o coches fabricados por uigures y turkmenos esclavizados o por trabajadores forzados de cualquier parte del mundo.

Esta es una gran victoria para los Socialistas y Demócratas, ya que fue nuestro Grupo el que emprendió la batalla para crear un instrumento sólido que ayudara a erradicar la esclavitud moderna.

Conforme a la nueva normativa, la Comisión será responsable de investigar casos de trabajo forzoso fuera de la UE, mientras que los Estados miembros realizarán investigaciones dentro de la Unión. Si la investigación concluye que se ha utilizado trabajo forzoso, los productos en cuestión tendrán que retirarse del mercado de la UE y de los mercados en línea para seguidamente ser donados, reciclados o destruidos. La Comisión creará una base de datos con una lista de sectores económicos concretos de zonas geográficas concretas en las que existe trabajo forzoso impuesto por el Estado.

Maria-Manuel Leitão-Marques, co-ponente del Parlamento Europeo sobre la prohibición del trabajo forzoso en la comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor (IMCO), ha declarado:

"Esta nueva ley es uno de los mayores logros de esta legislatura, y una victoria para nuestra familia política. La UE está colocando a los trabajadores y trabajadoras y los derechos humanos en el centro de nuestro comercio internacional y nuestro mercado interior. Es sencillamente inaceptable que nuestra Unión, que debería ser adalid mundial de la promoción de valores, siga importando y vendiendo en sus tiendas productos que han sido elaborados con sangre y lágrimas en alguna fase de su cadena de suministro.

"Esta nueva ley también es una buena noticia para todas las empresas que sufren la competencia desleal de empresas que recurren al trabajo forzoso.

No obstante, ahora debemos asegurarnos de que esta nueva herramienta de lucha contra el trabajo forzoso se aplique de forma adecuada. La Comisión Europea necesita contar con suficientes recursos para acometer nuevas funciones, por ejemplo, inspecciones en terceros países. También tendremos que cooperar estrechamente con nuestros socios internacionales, como Estados Unidos y Canadá, para evitar que operadores que hayan sido bloqueados por un país vendan sus productos elaborados con trabajo forzoso en otros lugares".

Raphaël Glucksmann, eurodiputado del Grupo S&D y ponente alternativo sobre este expediente en la comisión de Comercio Internacional (INTA), ha añadido:

"Tras años de movilización ciudadana y batallas políticas, por fin tenemos la primera ley europea para bloquear los productos fabricados con trabajo forzoso. La ciudadanía europea podrá vestirse, desplazarse o utilizar sus teléfonos inteligentes sin miedo a ser cómplice de delitos contra la humanidad.

"Hoy también estamos demostrando que el Parlamento Europeo tiene importantes competencias en materia de asuntos exteriores. Si tocamos las teclas adecuadas, empezando por el comercio o el mercado interior, podremos aprovechar el poder del mercado europeo para luchar contra la esclavitud en el mundo. Veintiocho millones de personas de todo el mundo se ven sometidas a trabajos forzosos y ya es hora de que empecemos a luchar seriamente contra este negocio de miseria humana".

Nota para los redactores/as:

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2021, casi 28 millones de personas de todo el mundo estaban sometidas a trabajos forzosos: 3 millones más que en 2016. La OIT estima que el trabajo forzoso genera 217.000 millones de euros de ganancias ilícitas al año, un espectacular aumento del 37 % con respecto a 2014.