ILO - International Labour Organization

09/20/2021 | Press release | Distributed by Public on 09/20/2021 02:51

Sólo la mitad de los trabajadores de todo el mundo ocupan puestos de trabajo correspondientes a su nivel de formación

Aunque tanto la sobreeducación como la infraeducación se dan en todos los países, independientemente de su nivel de renta, existen patrones diferentes para los distintos grupos de renta de los países. La infraeducación es más frecuente en los países de renta baja, mientras que la sobreeducación es más frecuente en los países de renta alta.

En los países de renta alta y media-alta, alrededor del 20% de todos los empleados están sobreeducados (es decir, tienen más educación de la requerida para sus trabajos); la proporción correspondiente para los países de renta media-baja es de alrededor del 12,5%, mientras que en los países de renta baja es inferior al 10%. Es probable que las tasas más altas de sobreeducación en los países de renta alta se deban a la composición de la mano de obra, que se caracteriza por un nivel de educación relativamente alto.

Siempre existirá un cierto grado de sobreeducación porque algunos individuos aceptan trabajos por debajo de su nivel de educación, ya sea porque estos trabajos ofrecen ventajas específicas (como un trabajo menos exigente y estresante, una mejor conciliación de la vida laboral, una mejor protección social, tiempos de desplazamiento más cortos y una mayor responsabilidad social) o porque carecen de experiencia. Para algunos de estos trabajadores, la sobreeducación puede ser sólo una situación temporal.

Sin embargo, cuando la sobreeducación se debe a distorsiones del mercado laboral en las que la oferta de trabajadores con un nivel de educación superior supera la demanda, suele ser un fenómeno a más largo plazo y suele requerir intervenciones políticas.

La infraeducación también se observa tanto en los países de renta baja como en los de renta alta. Los países de renta baja son los que presentan la mayor proporción de trabajadores infraeducados: aproximadamente el 70% de los ocupados tienen menos estudios de los que se requieren para su trabajo. La proporción análoga para los países de renta media-baja es de alrededor del 46%, mientras que en los países de renta media y alta es de alrededor del 20%.

La principal razón de la infraeducación es el nivel relativamente bajo de estudios de la mano de obra existente y/o la falta de cualificaciones formales, especialmente en los países de renta baja. Algunos de estos trabajadores infraeducados pueden seguir haciendo su trabajo correctamente porque han adquirido las competencias necesarias a través de la formación en el puesto de trabajo, la experiencia, el autoaprendizaje, las actividades sociales o el voluntariado.

Tanto la sobreeducación como la infraeducación pueden tener consecuencias y costes negativos para los trabajadores, los empresarios y la sociedad en general. La sobreeducación puede dar lugar, por ejemplo, a salarios más bajos, menor satisfacción en el trabajo, pérdida de motivación, mayor índice de búsqueda en el trabajo, expectativas no cumplidas y menor rendimiento de la inversión en educación. La infraeducación, por el contrario, puede tener un impacto negativo en la productividad, el crecimiento económico y la innovación. Además, muchos trabajadores infraeducados tienen dificultades para pasar de la economía informal a la formal debido a la falta de cualificaciones formales requeridas para trabajos en el sector formal que son similares a los que realizan de manera informal. La infraeducación también puede impedir que los trabajadores pasen de las industrias mal pagadas a los empleos mejor remunerados del sector de los servicios, y que hagan frente a los cambios provocados por los avances tecnológicos, la automatización y la digitalización. Los trabajadores con escasa formación corren un mayor riesgo de perder su empleo, especialmente durante una crisis.