Discurso del ministro Javier González-Olaechea en la ceremonia de entrega de 15 vehículos a Cancillería, donados por la República de Corea

Excelentísimo señor, Choi Jong-Uk, embajador de la República de Corea en el Perú,

Muy buenas tardes,

Embajador Peter Camino, vicecanciller;

Embajador Eric Anderson, secretario general de Relaciones exteriores;

Colaboradores de Cancillería,

Estimados todos,

Qué duda cabe que hoy estamos asistiendo a un acto de extrema generosidad por parte de su gobierno, en especial del señor presidente de Corea. No puede sino enmarcarse en la comunidad absoluta de ideas entre Corea y el Perú en procura de la libertad y la democracia.

Nadie puede olvidar la guerra que dividió a Corea, y nadie puede olvidar que el Perú ha estado siempre del lado de la libertad y la democracia, del desarrollo, del conocimiento, de la dedicación y de los valores que su país, señor embajador, representa para el mundo.

Esta generosidad, que hoy se manifiesta en una donación importante en el marco de APEC, solamente puede ser entendida por el incremento constante de la confianza, de la amistad entre los gobiernos de Corea y Perú, y entre los propios coreanos y peruanos porque en el Perú los peruanos admiramos cómo Corea se ha ido desarrollando para convertirse en uno de los grandes referentes del siglo XXI.

El año pasado celebramos 60 años de relaciones diplomáticas, dos años antes suscribimos un tratado de libre comercio, importante, por cierto. La cooperación, que es una manera muy genérica para envolver cooperación y donaciones, ha sido también la permanente señal de esta amistad que quiero subrayar y que transciende las cantidades muy importantes de vehículos, de ambulancias, de todo tipo de apoyo que incluyó, en los momentos más críticos que vivimos, una decidida acción respecto a nuestra crisis en la pandemia.

No creo necesario tener que enumerar la cantidad de automóviles, de camionetas y demás. Eso es muy importante, pero lo sustantivo es que eso expresa la voluntad, expresa la amistad y, sobre todo, yo recuerdo muy bien una expresión, palabras más palabras menos, cuando su excelencia, el presidente de Corea, tuvo la gentileza de concordar con la delegación peruana una cumbre en San Francisco, con una delegación numerosa de ambas partes y nos dijo que, si mal no recuerdo, Corea siempre tenía el corazón abierto hacia el Perú.

No son palabras fáciles, ni son palabras recurrentes, y acaso ahora en un mundo donde los presidentes se insultan de una manera inaceptable, encontrar a un gran líder asiático que hable del amor, del corazón, de la amistad, de los valores, y por cierto del interés de APEC, deseándonos todo lo mejor para APEC Perú 2024, cuya presidencia le entregaremos a su excelencia el presidente de Corea, cuando venga, porque le tocará la posta. Tengo la seguridad que recogerá lo esencial, lo sustantivo y por cierto los avances de este foro tan importante, de las 21 gran economías, cuya agenda temática es propositiva, pero a su vez futurista, con visión de futuro enfatizando que las inversiones, el comercio y la inclusión social con las renovaciones digitales y demás áreas temáticas convergentes lo que buscan son superar las brechas sociales de los países que en este conjunto de Asia Pacífico todavía muestran grandes deudas con sus pueblos, no siendo el caso de Corea, siendo el caso del Perú, un país en vía de desarrollo, pero que está a la altura de poder conversar, entenderse, y proponer alternativas para los problemas que aquejan a la humanidad. Porque siendo, repito, un país en vía de desarrollo, creo que estamos encaminados, si no lo somos ya, una potencia diplomática.

Señor embajador, muchas gracias. Es usted, su país, sus connacionales siempre, y de todo corazón, muy bienvenidos a Torre Tagle, al Perú, y, por cierto, a nuestras casas institucionales.

Gracias