UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees

04/26/2024 | Press release | Distributed by Public on 04/25/2024 18:23

Emprendedoras venezolanas crean negocios exitosos en Colombia con el apoyo de ACNUR

La protección que ofrece la Agencia de la ONU para los Refugiados va más allá del momento en que, en medio de una crisis, las personas refugiadas y desplazadas saben que, al ver un chaleco azul, están a un paso de encontrarse en condiciones seguras.

Las personas que huyen por su vida necesitan albergue, alimento y atención médica, pero ¿qué pasa después? ¿Cómo se ve la protección cuando no es viable que una persona vuelva a su lugar de origen? Entre otras cosas, ACNUR continúa protegiendo a las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza mediante soluciones a largo plazo, como el programa Modelo de Graduación, en Colombia.

Creado en 2019, el Modelo de Graduación ayuda a las personas de Venezuela desplazadas a reconstruir sus vidas en Colombia, en condiciones dignas y con cierta estabilidad financiera. En el Modelo de Graduación se imparten talleres, sesiones de capacitación y mentorías para que las personas refugiadas y desplazadas puedan crear pequeñas empresas y, así, alcanzar la autosuficiencia económica. Quienes participan en este programa adquieren habilidades financieras, de atención al cliente, de comercialización y de gestión empresarial.

El Modelo de Graduación no solo propicia el desarrollo de las habilidades que son necesarias para iniciar un negocio con éxito, sino que va más allá: cambia vidas, refuerza la confianza y ofrece una segunda oportunidad para que personas como Yuli y Yexica tengan un futuro próspero en condiciones seguras.

La historia de Yuli

Yuli es venezolana; llegó a Colombia junto con sus dos hijos en 2019. Huyeron de la violencia y de la inestabilidad, con la esperanza de llevar una vida tranquila en Medellín. El cambio, no obstante, no ha sido sencillo para Yuli: le fue difícil encontrar un empleo; además, la educación de sus hijos la hacía sentir abrumada, preocupada y deprimida.

Como no lograba encontrar trabajo ni un hogar estable para sus hijos, fue canalizada con la Agencia de la ONU para los Refugiados por una organización humanitaria local que, como socia de ACNUR, lleva a cabo evaluaciones de protección para detectar las necesidades de las personas recién llegadas de Venezuela. En aquel momento, ACNUR estaba por matricular a la primera cohorte de estudiantes en el programa Modelo de Graduación. Yuli pensaba abrir una joyería, así que le ofrecieron un cupo en el programa, que fue un parteaguas en su vida.