05/02/2024 | Press release | Distributed by Public on 05/02/2024 03:08
Si hiciéramos una encuesta a múltiples empresas los principales motivos se podrían resumir en tres grandes bloques: escalabilidad, seguridad y ahorro.
En definitiva, podríamos afirmar que a "priori" la nube sigue siendo la plataforma más conveniente para construir y desplegar nuevos sistemas, ya que tiene lo último y lo mejor de casi todo.
La nube es una buena opción para las aplicaciones modernas que pueden utilizar un grupo de servicios de tipo severless o contenedores.
También son una herramienta muy poderosa y útil para muchas empresas y casos de uso, siempre que se utilicen de forma adecuada y consciente. Una recomendación general es que las empresas adopten un enfoque híbrido que le permita aprovechar lo mejor de ambos mundos: la flexibilidad y escalabilidad de las nubes públicas, y el control y eficiencia de los centros de datos propios.
Desde hace un par de años se está popularizando un concepto denominado repatriación.
Es decir, el proceso de mover los datos, las cargas de trabajo y las aplicaciones que previamente se habían trasladado a la nube de vuelta a un centro de datos local o de una nube pública a una nube privada.
Las principales razones para la repatriación que dan las empresas que eligen traer sus datos a sus propias instalaciones suelen ser:
Al principio el coste de empezar a usar proveedores de nube es relativamente bajo. Sin embargo, a medida que las empresas crecen y aumentan sus datos y su base de usuarios, el coste de los servicios en la nube puede volverse muy alto ya que suele incrementarse exponencialmente. La facilidad y rapidez de escalado de las nubes están pensadas justo para eso, para escalar rápidamente en costes. Lo que, a corto plazo, junto con una estimación de uso y consumo inicial menor, parece un ahorro de costes grande, en el largo plazo y con el incremento del uso se vuelve en un coste mucho mayor del que sería en un entorno onprem.
Una palanca para migrar a la nube puede ser la necesidad de modernización de sus aplicativos, que también va ligado al motivo de ahorro económico, la mayoría de las empresas con sistemas "legacy" o "tradicionales" tienen un punto en el tiempo donde tienen que decidir qué hacer con estos aplicativos, ya que, en algunos casos los proveedores de ese software dejan de dar soporte a versiones antiguas o incluso, desapareciendo.
En otros casos renovar el hardware que sostiene dichos aplicativos puede ser una inversión muy grande y prefieren pagarlo en "cómodas letras" periódicamente a un proveedor.
Sin embargo, cuando las empresas ejecutan cargas de trabajo utilizando una arquitectura de infraestructura tradicional existe un impacto negativo en el coste de utilizar una nube pública.
En otras palabras, aquellos que intentaron utilizar la nube como un simple host para sus cargas de trabajo y no las optimizaron para su nueva ubicación han tenido facturas mucho más grandes de lo esperado.