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04/23/2021 | Press release | Archived content

Primer aniversario del Acelerador ACT

  • Doce meses de colaboración sin precedentes, un rápido proceso de investigación y desarrollo y el establecimiento de vías de reglamentación, adquisición y suministro han permitido realizar considerables progresos.
  • Las mutaciones del virus, las desigualdades en el acceso a las herramientas contra la COVID-19, los problemas de producción y los déficits de financiación plantean continuos retos que amenazan con prolongar la pandemia.
  • A fin de superar estas dificultades y acabar cuanto antes con la pandemia en todo el mundo, es necesario financiar íntegramente la alianza en pro del Acelerador ACT y ampliar el suministro de productos para que lleguen a todos, en cualquier lugar.

El Acelerador ACT celebra hoy su primer aniversario con la publicación de un informe especial sobre los progresos de la alianza mundial contra la pandemia de COVID-19. En dicho informe, titulado ACT Now, ACT Together: 2021 Impact Report [en inglés], se detallan los principales logros científicos para hacer frente a la nueva enfermedad y se describe la histórica colaboración entre organizaciones sanitarias internacionales, gobiernos, fundaciones, la sociedad civil, la comunidad científica y el sector privado.

En el informe, que fue presentado en un acto presidido por el Dr. Tedros Adhanom, Director General de la OMS, en el que intervinieron Cyril Ramaphosa, Presidente de Sudáfrica, y Dag Inge Ulstein, Ministro de Desarrollo Internacional de Noruega, se abordan asimismo los próximos desafíos que, como la financiación insuficiente, pueden frustrar los avances contra la pandemia.

«Un año después de la puesta en marcha del Acelerador ACT, los líderes mundiales se enfrentan a un dilema: invertir ahora en salvar vidas, tratando la causa de la pandemia en todas partes, o seguir gastando billones en las consecuencias sin vislumbrar un final», señaló el Dr. Tedros Adhanom. «Con un déficit de financiación de US$ 19 000 millones para 2021 y un suministro limitado de productos, la única manera de poner fin a la pandemia consiste en financiar, compartir y ampliar el acceso a las herramientas necesarias para combatirla. Debemos actuar de inmediato.»

El 24 de abril de 2020, la OMS, la Comisión Europea, Francia y la Fundación Bill y Melinda Gates pusieron en marcha la alianza en pro del Acelerador ACT con el fin de desarrollar y suministrar las pruebas, los tratamientos y las vacunas que el mundo necesita para derrotar la COVID-19.

Hace un año, la situación mundial era muy diferente. Nuestro conocimiento colectivo de la COVID-19 era escaso y, aunque los laboratorios podían realizar pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), no disponíamos de pruebas rápidas ni de vacunas, y se sabía poco sobre la eficacia de los tratamientos. Hoy contamos con pruebas de diagnóstico rápido, tratamientos readaptados y vacunas, gracias a un progreso científico vertiginoso, de una magnitud y un grado de colaboración nunca antes vistos.

Pero la COVID-19 continúa extendiéndose y aparecen nuevas variantes, porque la distribución equitativa de esas herramientas no avanza con suficiente celeridad.

La COVID-19 ha provocado la muerte de más de tres millones de personas en todo el mundo, muchos países afrontan una nueva ola, y las desigualdades en la distribución de pruebas, tratamientos y vacunas están facilitando la expansión y mutación del virus y comprometen la eficacia de las herramientas actuales contra la enfermedad. El virus seguirá siendo una amenaza para todos mientras siga causando estragos en algún lugar. Para controlarlo se requiere un mayor esfuerzo, coordinado a escala mundial, a fin de que todos los países puedan acceder a los medios que necesitan. Por eso es tan importante el apoyo a la alianza en pro del Acelerador ACT.

Como recordó Carl Bildt, Enviado Especial del Acelerador ACT, «la COVID-19 no conoce fronteras. Una nueva variante procedente de cualquier lugar podría dar al traste con los avances logrados, incluso en países con toda la población vacunada. La pandemia continúa creciendo. Solo la atajará un esfuerzo mundial redoblado para suministrar pruebas, tratamientos y vacunas a todas las personas, en todas partes, conforme a la necesidad y no a la capacidad de pago. En vísperas de la Cumbre Mundial de la Salud, hacemos un llamamiento a los países del G20 y del G7, y a los demás países ricos, para que den un paso al frente y contribuyan equitativamente a la financiación de la respuesta mundial.»

Informe de los progresos

El arduo trabajo y la inventiva de gobiernos, organizaciones sanitarias internacionales, científicos, la industria farmacéutica y fabricantes de todo el mundo han hecho posible el pronto desarrollo de herramientas contra la COVID-19. La alianza en pro del Acelerador ACT ha apoyado e impulsado muchos de esos esfuerzos. En el informe que hoy se presenta, se exponen los progresos efectuados por la alianza en las siguientes esferas:

  • El pilar de las pruebas diagnósticas, coordinado por la Fundación para la Obtención de Medios de Diagnóstico Innovadores (FIND) y el Fondo Mundial: Se prestó apoyo al desarrollo de pruebas fiables de detección rápida de antígenos que no necesitan realizarse en un laboratorio y a su inclusión en la lista para uso de emergencia, se garantizó el acceso a 120 millones de pruebas asequibles de diagnóstico rápido y se adquirieron 65 millones de pruebas (32,3 millones de pruebas de PCR y 32,8 millones de pruebas antigénicas rápidas) con destino a los países de ingresos bajos y medianos.
  • El pilar de los tratamientos, coordinado conjuntamente por Unitaid y Wellcome: Se realizó un seguimiento de más de 300 ensayos viables, se ayudó a determinar la dexametasona como el primer tratamiento que reduce la mortalidad por COVID-19 y, menos de 20 días después de ese hallazgo, se pusieron 2,9 millones de dosis del fármaco a disposición de los países de ingresos bajos y medianos. Se creó el Grupo de trabajo de emergencia sobre el suministro de oxígeno para la COVID-19 con objeto de atender las necesidades del más de medio millón de enfermos de COVID-19 que diariamente precisan oxigenoterapia en los países de ingresos bajos y medianos.
  • El COVAX, coordinado por la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI), Gavi y la OMS, en asociación con el UNICEF: Se aseguró el suministro de más de 2 000 millones de dosis. El destinatario de la primera entrega internacional fue Ghana, tres meses después de que se administrara la primera vacuna en un país de ingresos altos. A través del Mecanismo COVAX, se han enviado más de 40 millones de dosis a 119 países.
  • El pilar de conexión de los sistemas de salud, coordinado por el Banco Mundial, la OMS y el Fondo Mundial, en asociación con el UNICEF y el Mecanismo Mundial de Financiamiento:Se han adquirido equipos de protección personal por valor de US$ 50 millones para los países de ingresos bajos y medianos y se ha evaluado la disposición operativa de más de 140 países de cara a la distribución de vacunas contra la COVID-19.

El desarrollo de estas herramientas ha sido el primer y decisivo paso para lograr el control de la pandemia. Ahora más que nunca, es fundamental mejorar esas herramientas y hacerlas llegar a quienes más las necesitan. Asegurar la financiación sigue siendo un reto importante, pero no es el único.

Por su envergadura y por su premura, esta campaña de vacunación es la mayor y más compleja de la historia. La producción y la distribución de vacunas a tal escala y en un plazo tan breve plantean serias dificultades, por lo que, en la actualidad, el mercado presenta graves problemas de suministro. Solo el 0,3% de las más de 950 millones de vacunaciones se han administrado en países de ingresos bajos. En los países de ingresos altos se realizan alrededor de 70 veces más pruebas que en los de ingresos bajos, y muchos países disponen de poca información sobre las tasas actuales de infección o la propagación de nuevas variantes. Van a seguir produciéndose contagios de COVID-19, por lo que debemos potenciar la investigación a fin de ampliar las opciones eficaces de tratamiento, y suministrar los equipos de protección personal necesarios para atender a los pacientes hospitalizados, así como oxígeno, cuya demanda se ha disparado [en inglés] en muchas partes del mundo.

Merced a una movilización sin parangón de financiadores públicos, privados y multilaterales, hasta ahora se han comprometido US$ 14 100 millones [en inglés], pero la alianza en pro del Acelerador ACT necesita otros US$ 19 000 millones [en inglés] para el desarrollo y suministro de pruebas, tratamientos y vacunas que permitan controlar la COVID-19, y exhorta a los gobiernos de todo el mundo a colaborar con los asociados del Acelerador ACT a fin de financiar, distribuir y aumentar la producción de las herramientas necesarias para poner fin a la fase aguda de la pandemia.

Según las estimaciones de la Cámara de Comercio Internacional [en inglés], la economía mundial puede perder hasta US$ 9,2 billones si los gobiernos no consiguen garantizar el acceso de los países en desarrollo a las vacunas contra la COVID-19. La financiación total que el Acelerador ACT necesita en 2021 representa menos del 1% del gasto actual de los gobiernos en paquetes de estímulo para paliar las consecuencias de la COVID-19.

Notas para los redactores

El Acelerador del acceso a las herramientas de COVID-19 (Acelerador ACT) es una iniciativa de colaboración mundial, de probada eficacia, para agilizar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a pruebas, tratamientos y vacunas contra la COVID-19. La OMS, la Comisión Europea, Francia y la Fundación Bill y Melinda Gates pusieron en marcha esta iniciativa el 24 de abril de 2020, en respuesta a un llamamiento efectuado por los dirigentes del G20 en marzo de 2020.

El Acelerador ACT se dedica a agilizar la cooperación entablada entre las organizaciones existentes para poner fin a la pandemia. Se trata de un marco de colaboración concebido para reunir a los principales interesados en torno al objetivo de acabar con la pandemia lo antes posible mediante el desarrollo acelerado, la asignación equitativa y la distribución a gran escala de pruebas diagnósticas, tratamientos y vacunas, y de ese modo proteger los sistemas de salud y restablecer las sociedades y las economías a corto plazo. Se apoya en la experiencia de las principales organizaciones internacionales de salud, que hacen frente a problemas sanitarios de enorme complejidad y que, trabajando juntas, son capaces de obtener resultados inéditos y más ambiciosos en la lucha contra la COVID-19. Sus miembros comparten el compromiso de velar por el acceso de todas las personas a todas las herramientas necesarias para derrotar esta enfermedad y de estrechar la colaboración más que nunca para lograrlo.

El Acelerador ACT se asienta en cuatro pilares: las pruebas diagnósticas, los tratamientos, las vacunas y el fortalecimiento de los sistemas de salud.

  • El pilar de las pruebas diagnósticas, coordinado por el Fondo Mundial y la FIND, se centra en garantizar el acceso equitativo a las pruebas existentes y a las que se desarrollen, ayudar a los países a implantarlas y utilizarlas y ampliar la gama de medios diagnósticos invirtiendo en la investigación y el desarrollo de pruebas de bajo costo, fácil manejo y buena calidad. En 2021, se pretende adquirir un mínimo de 900 millones de pruebas moleculares y de detección rápida de antígenos y distribuirlas en países de ingresos bajos y medianos.
  • El pilar de los tratamientos, dirigido por Unitaid y Wellcome, abarca todas las etapas de la COVID-19: la prevención de la infección, el alivio de los síntomas y la prevención de los contagios, el tratamiento o la prevención de los síntomas, la reducción de la mortalidad en enfermos con síntomas graves y la aceleración de la recuperación. El objetivo para los próximos 12 meses consiste en desarrollar, producir y distribuir millones de dosis de tratamiento que ayuden a los pacientes con COVID-19 a recuperarse de la enfermedad.
  • El pilar de las vacunas, coordinado por la CEPI, Gavi y la OMS, contribuye a la rápida obtención de vacunas eficaces para todos los países. Paralelamente, presta apoyo para potenciar la capacidad de producción y adquisición anticipada de suministros, con objeto de que, antes del final de 2021, se puedan distribuir equitativamente al menos 2 000 millones de dosis entre los grupos más expuestos y de mayor riesgo en todo el mundo.
  • El pilar de conexión de los sistemas de salud, liderado por el Banco Mundial, el Fondo Mundial y la OMS, se ocupa de velar por que estas herramientas lleguen a las personas que las necesitan.
  • La línea de trabajo relativa al acceso y la asignación, dirigida por la OMS, es transversal a estos cuatro ámbitos.

Desde abril de 2020, el Acelerador ACT ha respaldado el esfuerzo mundial más rápido, coordinado y fructífero de la historia encaminado a desarrollar herramientas para combatir una enfermedad. Gracias a los notables avances en investigación y desarrollo logrados por iniciativas de la comunidad científica, del sector privado y de los gobiernos, el Acelerador ACT nos está ayudando a determinar las soluciones más eficaces contra la COVID-19. Ha transformado nuestra capacidad para hacer frente a esta enfermedad a escala mundial: se están distribuyendo vacunas por todo el mundo, disponemos de pruebas antigénicas rápidas de bajo costo y gran rendimiento que permiten detectar la transmisión en cualquier lugar, contamos con tratamientos asequibles para las formas graves de la enfermedad que pueden salvar vidas en todos los entornos y se están reforzando los sistemas de salud.