IDB - Inter-American Development Bank

05/01/2024 | Press release | Distributed by Public on 05/01/2024 06:36

Hay trabajo, pero es urgente aumentar su calidad


América Latina y el Caribe está llena de personas trabajadoras. Más del 70% de las personas en edad productiva trabaja, pero sus empleos no son de calidad. Para empezar, al menos 31% de las personas que trabajan tienen un ingreso no les alcanza para vivir. Cerca de 55% trabajan desde la informalidad, es decir, sin prestaciones de seguridad social, sin seguro ante riesgos de salud y desempleo, y sin poder ahorrar para imprevistos y para su retiro. En nuestra región hay empleo, pero es urgente aumentar su calidad.

Si fuera una prueba sobre 10, la calidad del empleo sacaría un 4

El Índice de Mejores Trabajos del Banco Interamericano de Desarrollo, que mide la calidad y cantidad del empleo en América Latina, coloca a la calidad del empleo en la región en 41,2 en una escala del 0 al 100 en su última medición. Esta medida, la última disponible de este Índice, indica que la mayoría de los trabajadores en la región se gana la vida desde la informalidad, y sus ingresos no son suficientes para superar el umbral de la pobreza. La cantidad del empleo tiene un desempeño diferente. Prácticamente estancada desde 2010, mantiene una calificación relativamente "alta" en una escala de 0 a 100: 74,1. En la región la cantidad de empleo excede a la calidad de manera significativa.

En América Latina y el Caribe tenemos metas importantes y ambiciosas. Necesitamos reducir la pobreza y la desigualdad. La región necesita crecer económicamente y aumentar su productividad. Debemos abordar los desafíos del cambio climático. Nada de esto puede lograrse si no subimos la calidad del empleo. Pero: ¿qué podemos hacer como región para mejorar la calidad del empleo? ¿Hay un futuro posible con empleos de calidad?

¿Qué es y qué mide el Índice de Mejores Trabajos?

El Índice de Mejores Trabajos mide cómo son los empleos de los países a través de dos dimensiones: cantidad y calidad. La dimensión de cantidad está compuesta por dos indicadores: la tasa de participación laboral y la de ocupación. La de calidad se construye con las tasas de formalidad y de trabajos con salario suficiente para superar la pobreza. Así, el índice es la media ponderada de estos cuatro indicadores* y sus puntuaciones van de 0 a 100. Para que un país obtenga 100 puntos, todas las personas que participan en la fuerza laboral deben estar empleadas con un trabajo formal que les aporte un salario suficiente.

Un futuro posible con empleos de calidad

La tarea para mejorar la calidad del empleo en la región no es fácil. Pero sabemos que encarar el desafío de elevar la calidad del empleo pasa por varias acciones que pueden ser impulsadas desde el sector público y desde el sector privado. Y aún más importantes son aquellas que se instrumentan con colaboración público-privada. Por ejemplo, las alianzas entre empresas e industrias con gobiernos, y con aliados clave como el BID, para formar y equipar a los trabajadores del presente y del futuro con habilidades para el trabajo que están alineadas con las necesidades de los sectores productivos. Es el caso, por ejemplo, de los esquemas de colaboración público-privada asociados a esquemas de formación dual. En estos esquemas, la capacitación laboral en planta combinada con capacitación en aula permite a las empresas cultivar y retener talento y a los trabajadores acceder a empleos de calidad y progresar laboralmente.

Más allá de los programas de formación dual, también llamados programas de aprendices, es importante enfocar los esfuerzos en esquemas de formación para el trabajo alineados con las demandas de sectores específicos. Desde el BID, por ejemplo, apoyamos la formación de habilidades alineadas con el sector agropecuario en Argentina, donde se está capacitando a más de 12.500 estudiantes de escuelas técnicas secundarias del país en nuevas tecnologías de producción de alimentos.

Otras acciones para elevar la calidad del empleo incluyen promover el empleo formal a través de reformas a los sistemas de seguridad social que incluyan un diseño que no desincentive la creación de empleos formales. Escucha a nuestra colega del BID, Ekaterina Cuellar, que nos cuenta la relación entre el diseño de los sistemas de seguridad social y la creación de empleos de calidad, en este audio. Asimismo, el rediseño de las políticas y regulaciones laborales creadas en muchos países hace muchas décadas y que deben modernizarse y adaptarse a la realidad actual.

La calidad del empleo en la región tiene que aumentar rápido. Entre 2010 y 2022, la calidad del empleo en nuestro Índice de Mejores Trabajos creció a una tasa de 1,2% anual. A ese ritmo, tardaría más de 48 años en alcanzar el nivel de 74,1 puntos que tiene el componente de cantidad para 2022. No podemos esperar 50 años para crecer a niveles razonables de calidad.