04/29/2024 | Press release | Distributed by Public on 04/29/2024 09:46
Aunque la infraestructura "no tenga género" y beneficie a todas las personas, la realidad es que, históricamente, su diseño y creación se ha hecho tradicionalmente con base en un enfoque que no considerara a comunidades en situación de vulnerabilidad. Grupos minoritarios que requieren de inclusión en políticas públicas, así como consideraciones especiales para alentar su participación en un sector donde las perspectivas diversas, aún faltan en el sector.
Uno de estos grupos en situación de vulnerabilidad es la comunidad conformada por personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, queer, intersexuales y más, mejor conocida como LGBTQI+, quienes normalmente no son tomadas en cuenta en la formulación de políticas de infraestructura. En el contexto de la nueva estrategia institucional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la cual incluye la infraestructura sostenible, resiliente e inclusiva como un área de enfoque, surge la interrogante: ¿cómo integrar un enfoque diferenciado para personas de esta comunidad?
A pesar de la falta de datos y estadísticas sobre el número de personas LGBTQI+ en América Latina y el Caribe, la vida de una persona LGBTQ+ tiene vivencias particulares. Aun considerando las diferencias entre países, según estudios del BID, las personas LGBTQ+ suelen sufrir estigma y discriminación según su orientación sexual y sus identidades y expresiones de género [1]. Esto afecta, en muchos casos, sus posibilidades de acceso a servicios básicos de infraestructura, lo cual incluye desde acceso a baños sin asignación por sexo, hasta seguridad en el uso del transporte público y la circulación en áreas debidamente iluminadas.
Debido al rechazo que las personas LGBTQI+ pueden llegar a experimentar en sus hogares y comunidades de origen, sus trayectorias pueden excluir oportunidades educativas, lo cual limita su desarrollo profesional en ámbitos tradicionales. Asimismo, la comunidad LGBTQ+ constituye entre 20 y 40% de la población de personas sin hogar a nivel mundial, según un estudio de la Oficina de Naciones Unidas para Proyectos y las soluciones de infraestructura actuales no siempre logran cumplir las necesidades específicas de este grupo. [2]
Así como hay una enorme carencia de datos y estudios sobre las personas LGBTQI+, esto es particularmente cierto para las estadísticas sobre sus necesidades específicas de infraestructura, especialmente en América Latina y el Caribe. Esto lleva a la invisibilización de estas personas en la formulación de políticas públicas y dificulta que las instituciones trabajen en acciones a gran escala destinadas a garantizar servicios inclusivos. Construir infraestructura que los incluya contribuirá a que personas de esta comunidad se desarrollen como miembros activos de la sociedad y de sector.
A pesar de que existen avances para visibilizar la situación de la comunidad LGBTQi+ en diferentes áreas de trabajo del BID, el sector energético todavía tiene un amplio camino por recorrer. En la elaboración de este blog, la dificultad de encontrar literatura actualizada que aborde la relación entre los dos temas (energía y población LGBTQI) demuestra su ausencia en la agenda energética. Ello pese a los desafíos de la comunidad para acceder a servicios de energía asequible y de calidad, así como los beneficios que podrían percibir de una transición energética justa que no deje a ninguna persona atrás.
Al mismo tiempo, existen organizaciones a nivel mundial que trabajan por incorporar una perspectiva LGBTQI+. Por ejemplo, en Reino Unido, existe la organización Pride in Energy, la cual nació para investigar la situación de personas LGBTQI+ dentro del sector energético, tanto como beneficiarios de la transición energética, como personas miembros de la fuerza laboral del sector. Uno de sus esfuerzos es la realización de una encuesta anual, la cual, en 2023,, demostró un aumento de las acciones de discriminación hacia miembros de esta comunidad LGBTQI+ que trabajan en el sector energético en empresas del sector[3].
La infraestructura inclusiva prioriza el acceso seguro y equitativo a servicios básicos de energía, agua y saneamiento para todas las personas. Esto puede implicar, entre otras iniciativas,:
La infraestructura requiere un enfoque integral que no solo aborde la parte de física, sino también las normas sociales y políticas institucionales que generen espacios y construcciones seguras para todas las personas. Al construir una infraestructura que tome en cuenta las necesidades de personas LGBTQI+, podremos construir comunidades más resilientes en las que todas las personas tengan verdaderas oportunidades de mejorar sus vidas.
Esta entrada del blog fue elaborada gracias a la revisión y colaboración de Diana Sandoval, Wilhelm Dalaison, Virginia Snyder, Luz Caballero, Anamaría Núñez, José Eguiguren e Isabel Álvarez-Rodríguez.
[1]https://www.iadb.org/es/quienes-somos/tematicas/genero-y-diversidad/lgbtq
[2]https://www.unops.org/es/news-and-stories/news/the-importance-of-inclusive-infrastructure-for-climate-action
[3]https://www.startup-energy-transition.com/lgbtq-energy-inclusion/
[4]https://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/compromiso-grupo-bid-alumbrado-publico-iluminacion/
[5]https://blogs.iadb.org/transporte/es/in-visibles-en-el-transporte-y-el-espacio-publico-experiencias-de-movilidad-de-la-comunidad-lgbtq/